viernes, 21 de noviembre de 2008

De cóndor a mariposa

…El hombre del Tahuantinsuyu se representaba la flecha del tiempo de distinta forma que su dominador. Para él, el futuro se hallaba a sus espaldas, como aquello que no puede verse y el pasado frente suyo, aquello certisimo del pasado. Si debía arrojar una piedra a sus espaldas tendría que ser muy conciente de aciertos, errores e ignorancias para que sus acciones futuras no golpearan en su nuca.
...Cuando una mariposa bate sus alas en las costas del mar de la China…

Pensemos el choque violento de dos trayectorias, una es la de un viaje en un tiempo cronológicamente breve, un par de siglos. Así, el europeo, descendiente de las gigantescas luchas milenarias entre imperios que se disputaron la tenencia de la tierra durante diez mil años. Nos referimos en un primer momento a españoles y portugueses y, poco tiempo después, ingleses, franceses y holandeses entre las naciones que saldrán a la conquista. De forma repentina llegan a un territorio donde la tierra se aparece ante sus ojos en su magnifica extensión escasamente cultivada y explotada en todo sentido. Pero hay un pequeño inconveniente, este “nuevo” continente no se encuentra vacío, existe la molesta presencia de comunidades.
Este nuevo Edén se hallaba habitado por civilizaciones altamente desarrolladas tecnológica y culturalmente en la zona del actual México y en el corredor andino que hoy es Perú, Bolivia y el noroeste argentino; los aztecas, los incas y sus áreas de influencia. Pero también existían en este gran territorio sociedades cuyo desarrollo no había alcanzado el nivel de la agricultura sostenible. No conocían la agricultura o era muy incipiente. Otros eran nómades, es decir que no estaban arraigados a la tierra y su dependencia de la caza los hacía migrar constantemente en busca de presas. Paradójicamente ellos mismos se convertirían en la presa.
La otra trayectoria es, por tanto, la de un viaje interrumpido: la de un pueblo que sigue los pasos de su propia evolución desde el cazador recolector hacia el agricultor que comunitariamente distribuye la tierra o sus productos. Por un instante dejemos de lado si esa distribución era pareja o no. Según Gabriel García Márquez reclamaba Bolívar al europeo que dejase al americano atravesar su edad media en paz, pero si ampliamos este concepto, en la mayor parte de América encontraremos naciones a las cuales se les ha impedido atravesar su propia edad de bronce.
Si se parte de una noción antropológica(1) que ubica el comienzo de los grandes imperios y las grandes masacres humanas en el continente euroasiático, al final del neolítico con el descubrimiento del uso de la tierra como un sostén confiable y valioso para poblaciones crecientes y estables, con tendencia a la autosuficiencia y por lo tanto capaz de generar tiempos de ocio necesarios para que la mente humana se elevara a las estrellas, a la escritura y a las matemáticas, como contrapartida la posesión estable de las tierras, cuanto más tierra mejor, fue la verdadera fuerza que sostuvo la espada, la lanza y encendió la mecha del cañón, razón de las más sangrientas disputas de la historia occidental. La tierra, y pronto aprendieron, todos los bienes escasos, confieren el poder al que los acumula.
Propongo que un viaje geográfico, transversal en el espacio y el tiempo choca con el periplo propio evolutivo, viaje en el tiempo y en la diversidad, de un continente que ni siquiera pudo elegir el nombre con que ingresaría a la historia unificada, unificada por el trabajo esclavo, el látigo, la mita(2), el alcohol y la viruela.

…La sangría del Nuevo Mundo se convertía en un acto de caridad o una razón de fe. Junto con la culpa nació todo un sistema de coartadas para las conciencias culpables. Se transformaba a los indios en bestias de carga, porque resistían un peso mayor que el que soportaba el débil lomo de la llama, y de paso se comprobaba que, en efecto, los indios eran bestias de carga. Un virrey de México consideraba que no había mejor remedio que el trabajo en las minas para curar la “maldad natural” de los indígenas. Juan Ginés de Sepúlveda, el humanista, sostenía que los indios merecían el trato que recibían porque sus pecados e idolatrías constituían una ofensa contra Dios.

La irrupción del europeo en América obstruye la evolución de los pueblos aborígenes, además de esclavizarlos, diezmarlos hasta la extinción y condenarlos a ignorar su propio itinerario a través de la historia y su visión de la comunidad humana y sus valores.
Según enseña la teoría de los juegos(3)aplicada a las ciencias sociales, las estrategias que solo se preocupan por obtener el máximo beneficio propio no son aquellas que a la larga darán el mayor beneficio a quienes las implementan. Si el tiempo del “juego” se cuenta en siglos y las opciones son las de la humanidad entera, devastar física y culturalmente poblaciones no es una estrategia que termine respetando la integridad de los pueblos que la utilizan. A través de estas teorías tenemos una elaboración científica y computable de lo que Montaigne ya desarrollaba en su ensayo sobre los caníbales(4).

Volviendo a los caníbales, diré que los prisioneros, muy lejos de rendirse por las amenazas que se les hacen, durante los dos o tres meses que permanecen en tierra enemiga están alegres, y urgen a sus amos a darles la muerte, desafiándolos, injuriándolos, y echándoles en cara la cobardía y el número de batallas que perdieron contra los suyos. Guardo una canción compuesta por uno de ellos, en la que se leen estos versos:”Que vengan resueltamente todos cuanto antes, que se reúnan para comer mi carne, y comerán al mismo tiempo la de sus padres y la de sus abuelos, que antaño sirvieron de alimento a mi cuerpo; estos músculos, estas carnes y estas venas son vuestros, pobres locos; no reconocéis que la sustancia de los miembros vuestros antepasados reside todavía en mi cuerpo; saboreadlos bien y encontraréis el gusto de vuestra propia carne.” He aquí una invención que nada tiene de barbarie.

No es mi idea presentar los hechos con un maniqueísmo que apela a la lucha que confronta puros buenos contra absolutos malos. Mi concepción pasa más por la infinita gama de matices que construyen la realidad.
Es simple mantenerse alejado de las políticas que se construyen cuando hay un océano de por medio, donde el que muere es un simple animal que camina en dos patas. Pero ahora es el planeta el que se envenena con dióxido de carbono donde antes el envenenado era un aborigen en las profundidades de las minas del Potosí.

La neumoconiosis había sido la primera enfermedad profesional de América; en la actualidad cuando los mineros bolivianos cumplen treinta y cinco años de edad, ya sus pulmones se niegan a seguir trabajando: el implacable polvo de sílice impregna la piel del minero, le raja la cara y las manos, le aniquila los sentidos del olfato y el sabor, y le conquista los pulmones, los endurece y los mata(5).

Si seguimos con esta idea liberal individualista, según la cual lo debido es perseguir intereses propios, seguramente las cosas seguirán empeorando. Durante el período colonialista tanto en África como en América las potencias europeas condenaron bajo su yugo a pueblos y naciones, no solo eso; sino que además explotaron y saquearon sus recursos naturales al punto del agotamiento. ¿Me pregunto cuanta plata queda en el Potosí? ¿Cuánto estaño barato ha financiado las contiendas norteamericanas del siglo veinte, a costa de indios envenenados? En la actualidad la dominación, no es a la manera del viejo imperialismo del siglo XIX, sino que es a la manera del neoliberalismo. Modelo impuesto a ultranza en todo el planeta a mediados de los años setenta. Puede que sea un poco más sutil el modus operandi, puede que el sometimiento ya no sea a punta de rifle; pero la explotación y el saqueo es peor. Gracias a estados cipayos y clases dominantes que no juegan el rol de ser generadoras de un cambio como naciones independientes, la cosa empeora. Ya no es la quinta flota la que obliga a que bajemos tal o cual arancel a un producto foráneo; ahora existen organismos internacionales que hacen las veces de ejércitos de burócratas que imponen los lineamientos de las potencias mundiales a los llamados con eufemismo “países en vía de desarrollo”.
Cinco siglos después del primer viaje realizado hacia estás latitudes, la cosa lejos de mejorar empeora. Ahora los flagelos quizás parezcan otros. Hablo de calentamiento global, contaminación, desertificación, monocultivos, sequías, latifundios, cierre de fábricas, desempleo y hambre. Pero en definitiva son las mismas cadenas las que ahorcan la esperanza de libertad nuestros pueblos.
Así ha sido hasta ahora, pero el fin de estos tiempos lo produce la misma voracidad humana. La noticia todos los días es que el mundo no solo está globalizado en su economía y en sus relaciones geopolíticas sino, y mucho más profundamente en su atmósfera, en su aguas y en su cambio climático. Tan poderoso ha resultado el poderoso que ya no dependen algunos continentes de otro, ahora el mundo entero depende del producto de sus chimeneas y de sus residuos. Vivimos en una aldea global y el daño que le infringimos a nuestro hogar también va a ser global. Ya la basura del patio trasero se acumula en la puerta de entrada. ¿Hay alguien más ciego que el que no quiere ver? La respuesta es si, el cretino y suicida. Es como querer tapar el sol con la mano. Ya no se trata de no contaminar en una región se trata de conservarla toda para las futuras generaciones. Conservar para ellas el planeta mismo. El cretino no piensa ni en sus propios hijos. Aunque siempre le quedará soñarse pasajero VIP en la próxima colonización del universo. La mariposa que aleteaba en el sufrir del esclavo de las minas se ha de transformar en el devastador huracán que se acerca a las costas de nuestro futuro. Aclaremos: que esto no se use para justificar que la producción que se modere sea la de los países que siempre estuvieron bajo la suela de la bota de los demás. Esta sería una justificación más para en el bochorno de tanta razón aducida para el exterminio.

Citas:
Los números de las citas se encuentran entre parentesis "()".
1)QUINN, Daniel. Ismael. Artime ediciones, Nueva York, 1992.
2)GALEANO, Eduardo. Las venas abiertas de América Latina. Editorial Catálogos. Buenos Aires, 2007.
3)A partir de los trabajos de John von Neumann, Oskar Morgenstern y John Forbes Nash.
4)DE MONTAIGNE, Michel. Ensayos, Libro I, Capítulo XXX, De los caníbales.
5)GALEANO, Eduardo. Op Cit.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Notas de lector de los ensayos:

Michel de Montaigne: “De los caníbales”
¿Civilización o Barbarie?
La formulación de la antinomia: civilización/barbarie, tiene su antecedente en la propia historia de Occidente, fijando sus raíces en la época clásica. La construcción de las dos figuras: el civilizado y el bárbaro; surge en Grecia. No obstante, el sentido de “bárbaro” no tenía unas connotaciones despectivas, sólo de distinción. El cristianismo de la Edad Media reelaboró la visión del bárbaro legada por la antigüedad clásica, envolviéndola con los enunciados propios de la cultura medieval. En el siglo XVI, Europa o más específicamente españoles y portugueses emplean la figura del bárbaro como clave de interpretación sobre los indios de América, con lo que se inicia el proceso de barbarización del negro y posteriormente del indio. En nuestro país va a ser Sarmiento el que vea en el gaucho la imagen de la barbarie. Pese a que el indio fue visto en algunas ocasiones como el buen salvaje y otras como un ser preso de sus instintos, degradado y corrompido, el hombre americano fue construido como la antítesis del hombre civilizado por excelencia, el hombre europeo.
En el ensayo “De los caníbales” Montaigne nos da su opinión con respecto a esta contraposición: “Lo que ocurre es que cada uno llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres. Como no tenemos criterio para distinguir la verdad y la razón más que los ejemplos que observamos y las opiniones y costumbres del país en el que vivimos, para nosotros allí se encuentra la religión perfecta, el gobierno perfecto y el más insuperable uso de todas las cosas. Así, son tan salvajes esos pueblos como lo son los frutos que produce la naturaleza; en verdad creo yo que más bien deberíamos llamar salvajes a las cosas que hemos alterado con nuestros artificios y hemos apartado del orden común.” Aquí, se hace alusión a como el arte no triunfa sobre la naturaleza y considera a nuestras creaciones como invenciones frívolas y vanas.
Para el autor estos pueblos son bárbaros en el hecho de que han sido apenas moldeados por el espíritu humano, y porque aún están muy cerca de su inocencia original.
Con respecto a comerse al enemigo, De Montaigne considera a este hecho de canibalismo como un acto horrible y bárbaro. Pero nos dice que no hay que ser hipócritas, por que al ver las faltas de estas tribus, no vemos las nuestras y dice:”Creo que es mas bárbaro comerse a un hombre vivo que comérselo muerto, desgarrar por medio de suplicios y tormentos un cuerpo todavía lleno de vida, asarlo lentamente, y echarlo luego a los perros…Esto no solo lo hemos leído, sino que lo hemos visto recientemente, y no es que se tratara de antiguos enemigos, sino de vecinos y conciudadanos, con el agravante de que para cometer tal horror quienes lo perpetraron se sirvieron del pretexto de la piedad y la religión.” Aquí el ensayista, se refiere a las guerras entre católicos y protestantes franceses del siglo XVI.
Como dicen: La historia vuelve a repetirse. Año 2008, Guantánamo territorio cubano: el estado que aboga el título de “defensor” de la libertad y la democracia mundial; sabemos que incurre en violaciones a los derechos humanos. Esta base militar funciona como centro de tortura de cientos y cientos de presos políticos que son considerados como amenazas para la “seguridad nacional” o mejor para dicho los intereses nacionales. Entonces me pregunto si ha quedado resuelta la antinomia civilización-barbarie; en mi opinión solo se disfrazo con otros nombres, tales como: “defensores de la libertad” y” terroristas”.
Italo Calvino: “Colección de Arena”
Relojes de arena
Tras leer a Calvino, me surgen más interrogantes que certezas. ¿Qué es lo que lleva a alguien a transformarse en coleccionista de algún objeto? ¿Locura? Puede ser. Pero, creo que es el intento de capturar el tiempo. De vencer al paso del tiempo. Es la idea de la finitud misma del ser humano, un intento de escaparle a la muerte. Por eso el coleccionista tiene el afán de guardar, de conservar cosas y decir que estuvo allí y que de alguna manera aunque el no esté más, algo de su ser prevalecerá.
Según el ensayista, toda colección es un diario. Un diario puede tener diversas características. Puede ser un diario de viaje, diario de sentimientos y de estados de ánimos entre otros. Pero su función principal diría: que es la de ser la prueba del continuo devenir del universo.
Pienso en la colección de arena, pienso en la frase del autor que dice: “Los propios días, minuto por minuto, pensamiento por pensamiento, reducidos a colección: la vida triturada en un polvillo de corpúsculos: una vez mas la arena.” ¡Lo encontré!
Esos frascos son más que envases de vidrio con sílice en su interior, son relojes de arena, que miden tiempos que ya pasaron; épocas de arena de playas vírgenes y ríos desbordantes. Ahora son la muestra de un tiempo enciclopédico, un tiempo que ya pasó. Son la muestra de que el Big bang sigue en expansión.
José Saramago: “Mi subida al Everest”
Buscar la cima
El complicado arte de vivir. Nadie nos explica ¿Cómo vivir? Eso es lo que suele ser desconcertante en determinados momentos de nuestra existencia. Haciendo una analogía de la vida con el ascenso de una montaña, mirar hacia atrás es decir mirar al pasado puede ocasionar varias reacciones: puede generar decepción por considerar haber escalado tan solo unos pocos metros. Otra puede generar vértigo e incluso; habiendo escalado muchos metros no garantiza sentirse estable a esas altitudes e incluso puede que la falta oxígeno no nos garantice pensar correctamente.
Algo queda claro, y eso es que detrás una cima, siempre hay aún un pico aún más alto y ese es el objetivo: la superación. Ese superarse conlleva una transformación interna, y a la vez una transformación del mundo, por mínima que parezca. No hace falta hacer una revolución para cambiar al mundo, cada uno debe empezar por sí mismo para cambiar algo.
Lo más importante es que en el ascenso en búsqueda de los ideales, nunca estemos solos, aunque parezca que lo estemos por momentos, siempre hay alguien que nos va a ayudar. Por último lo más importante es que venzamos nuestros miedos, por que esa es la única forma de mantenernos en ese viaje hacia arriba que es la vida.
Umberto Eco: “La estrategia de la ilusión”
Cuestión de olfato
¿Cuál es proceso que realiza un intelectual para escribir un texto? Como estudiante de comunicación pienso en la cantidad de autores y autores que leo y que releo durante la carrera. A veces me pregunto: ¿como un mismo escritor puede cambiar tanto su forma de pensar de un texto a otro? Reformulo mi pregunta: ¿como hay pensadores que no pueden cambiar su forma de pensar con el correr de sus trabajos? No se que es peor de todo ello.
Es interesante la diferencia que establece Eco con respecto a la manera escribir que se utiliza diariamente en los periódicos y la forma de redactar que usa en sus libros.
En el periódico se trabaja con hechos para dar origen a hipótesis, que no se pretende transformarlas en leyes. Lo que se busca, es que el lector saque sus propias conjeturas de ciertos asuntos.
Para él, muchas de las teorías publicadas en sus obras se fueron elaborando a partir de las observaciones que el mismo hizo de la realidad. Para ello es imprescindible mantener alerta lo que Roland Barthes llamaba el “olfato semiológico”. Este que sumamente imprescindible para poder detectar mensajes donde parecería haber nada más que cosas vulgares. Creo que ese el desafío que tenemos los futuros profesionales de la comunicación, desarrollar por así decir un sexto sentido. Que nos permita ver más allá hechos de la realidad, para encontrar de esta manera las cuestiones de fondo de la actualidad, para eso es importante una mirada crítica y un tanto escéptica.
Normalmente cuando estoy preparando algún parcial, me pregunto por los intelectuales que tantas páginas de sus libros se dedican a hablar de compromiso político. Para Eco, existen diferentes maneras de hacer política, siendo intelectual. Según él, si se elige el discurso periodístico es menor la responsabilidad que si se elige el discurso científico, por que aquí las hipótesis son provisionales. Pero corren el riesgo del juicio inmediato. En cambio en los libros, el proceso de escritura pasa por un desarrollo de elaboración y reelaboración, donde uno puede dejar decantar las ideas y corregirse si hiciera falta, aunque es menor el riesgo aún aquí se corre el riesgo de no estar en lo cierto.
En palabras de Eco: “No solo tengo siempre miedo de equivocarme, sino que también tengo miedo de lo que hace que me equivoque tenga razón”.
Finalmente la escritura es todo un desafió que va pasando por distintos, estadios, lugares y responsabilidades que uno al comenzar a escribir ignora y solo toma conciencia una vez que pone punto final al texto.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Reseña de las Jornadas Académicas 2008. “Producir teoría, pensar las prácticas”

Área 6- Discursos y lenguajes.
Mesa 1- Discursividades.
Del Coto y Varela: “Variaciones de la discursividad política y estética en Youtube: en el caso del “Campo vs. Gobierno”.
Mellela, Cecilia: “La construcción discursiva del ser griego en Buenos Aires”
Sabbatella, L.: “Diagnóstico crítico sobre los discursos de la literatura Argentina de ficción narrativa…”
Sapoznikow, Wendy: “Educar al ciudadano competente. Análisis discursivos (…) en la revista Zona Educativa.”
Grupo Umma- Hijos del Pueblo (Karina Bidaseca):” El cóndor, la larga noche y el día, y el arco iris también.”

Es jueves, hace un calor insoportable, encima son las cinco y diez de la tarde; no llego a la charla, todo por la culpa del quince que se desvió antes de llegar al parque. Apresuro el paso, entro en la facultad a toda velocidad por la puerta de Franklin, esquivo a uno que me quiere dar un panfleto con las propuestas de su partido. Me sale otro militante al cruce, lo gambeteo con toda habilidad, lo único que llego a escuchar es – “Hola, te dejo las propuestas de…”- lo demás no se alcanza a oír, ya no hay militantes a la vista. Además de llegar tarde, no sé en que aula es la charla. Subo por la escalera principal hasta el segundo piso con el resto de aire que me queda. Veo que en el aula 201 hay muchos alumnos, una profesora conectando un micrófono y un instrumento muy inusual, si es un espécimen atípico en la facultad: un proyector. Evidentemente esa debía ser la reunión. Así que me acomodo por el fondo y como no veo caras conocidas supongo que debe ser por el horario. Comienza la clase.
Profesora: -Como dijimos la clase anterior, esta es la última clase antes del parcial, así que hoy vamos a retomar…-
-¡Que idiota que soy!- Me levanto sin llamar la atención y alcanzo a huir por la puerta trasera, sin que nadie se dé cuenta. Voy al lugar donde debería haber empezado mi búsqueda, el departamento de la carrera. -¡Por fin!- Un hombre de muy buena manera me explica que ya empezaron las mesas, me dice el número del aula que estoy buscando.
Son las 17.15, entro en el aula 5. Deben ser en total diez personas sentadas en círculo. Sin preguntar nada me siento, seco el sudor de mi frente y empiezo a anotar. Al cabo de unos minutos recién entiendo de lo que se está hablando. La profesora, una mujer delgada de unos cuarenti y tantos, habla tan rápido y con esa voz de fumadora compulsiva que me cuesta llegar a tomar apuntes. Esta hablando de cómo representaron los medios de comunicación los diferentes actores del conflicto del campo. Le indican que le queda muy poco tiempo, hace un esfuerzo por hablar aún más rápido. Comenta el papel que tuvo Youtube en la confrontación, habla de juegos de hipertextualidad en los videos a favor y en contra de los protagonistas. Profesora- “¿alguien tiene alguna pregunta?”- Silencio. Doy gracias a dios que nadie preguntó.
Segunda ponencia.
Una mujer joven, pelirroja y de gran estatura toma la palabra. Se nota en su vos que está haciendo un esfuerzo grande para vencer la timidez. -“Hola soy Cecilia Mellela, soy egresada de esta carrera y mi exposición es acerca de: “La construcción discursiva del ser griego en Buenos Aires”- Hace un alto en su discurso. Se ruboriza. Luego continúa hablando suave y pausadamente. Explica como se formó la identidad griega en Buenos Aires. Existen varios ejes del discurso. El primero es el discurso académico, se refiere a los textos antigüedad como Platón y Aristóteles. Según este eje, Grecia se va construir como fundante e histórica. Desde el eje Mediático, se construye desde el tema del turismo. Con respecto a la temática de la divulgación, Grecia va a ser tomada siempre desde lo histórico, como si hubiera quedado congelada en el tiempo.
Para sorpresa de todos, termina de exponer antes incluso del tiempo establecido.
Nadie hace preguntas ¿timidez? o ¿solo es desinterés?
Toma la palabra el siguiente expositor. Para mi sorpresa, veo que es un muchacho muy joven, no debe superar los veintitrés años. Usa anteojos y es muy flaquito, toda una rata de biblioteca. Se presenta, su apellido es Sabbatella. Primero se acomoda los lentes y entonces luego empieza a hablar. Su ponencia se trata de “¿Cómo se piensa a sí misma la literatura argentina?” Me cuesta seguirlo habla rápido, gesticula mucho y tiene un tono de voz que me molesta. Como sí buscara constantemente lograr una entonación que parezca más intelectual de lo que es.
Empieza a explicar un tema y enseguida salta a otro; no profundiza. Habla del canon y la idea del tiempo. Comenta al pasar que hay una vuelta de la literatura argentina a la ficción y al realismo. Afirma enérgicamente que no hay corrientes o tendencias en la literatura argentina en la actualidad. Pienso ¿Cuánto faltará para que termine? No para de revolear sus manos mientras explica. Prosigue con su línea de afirmaciones y dice que la literatura de Walsh no produjo continuadores. Yo me permito dudarlo. Afortunadamente, la siguiente expositora se señala la muñeca como muestra de que ya es momento de concluir. Finalmente para el, los pilares de la literatura argentina contemporánea son: Marcelo Cohen, Juan José Becerra y Alan Paus quien es según su criterio el mejor escritor argentino del momento.
La siguiente en exponer es Wendy Sapoznikow. Su entonación denota tranquilidad, a diferencia de los demás es la que mejor explica de qué se trata su trabajo. Empieza por contarnos la relación que existe entre la educación y el trabajo. Cuenta que a partir de las reformas neoliberales en el estado, se buscó la eficacia en el marco educativo. La ley de educación de 1993 es el paradigma de los cambios que impuso el neoliberalismo en el sistema educativo. El mercado laboral cambiante de la década de los noventa, sale a atacar a la educación que preparaba para las fábricas. Este pasa a ser un sistema obsoleto, que se puede identificar claramente con el peronismo.
Parece estar concluyendo la ponencia cuando aparecen tres hombres que irrumpen de repente en el aula. Pero estos no parecen del centro de estudiantes, diría que son algo raros para la facultad. Tienen el pelo largo, usan collares y se parecen mucho entre ellos. Un compañero, se levanta y los hace ubicarse en unas sillas cercanas. La ponente, finaliza lo que está diciendo. En ese instante un compañero entra con un televisor y nos explica que vamos a ver un corto que dura aproximadamente veinte minutos y que luego nos explicaran de qué se trata su exposición.
La película es un pequeño documental creado por los alumnos de la facultad. Ahora, esos mismos hombres que habían ingresado al aula minutos antes, aparecen en pantalla dando sus testimonios.
Desde sus comienzos, las reuniones en la esquina hasta llegar a formar el centro cultural que lleva el nombre de “Hijos del pueblo”. Todos son descendientes de alguno de los pueblos originarios de América del Sur. –Soy una de las miles de hormigas que trabajan en la recuperación de las antiguas naciones-. Nos cuentan del movimiento indígena, y su paso por la política. Es realmente interesante el proceso de transformación interior que le sucede a cada uno de los integrantes de la comunidad. Desde la ceremonia de asignación de nombres, cada uno cambiará su nombre por otro en idioma nativo. Esto representa un compromiso de la persona hacia el pueblo y del pueblo al individuo. Es llamativo el proceso que se genera también en la comunidad aborigen, ya que hasta el año 1992 la cultura indígena estaba cerrada a si misma, sus costumbres se transmitían de generación en generación por la palabra. Pero a partir de este año empiezan a salir a luz sus costumbres, quieren mostrarse ya sin miedo a la discriminación.
Pero sin lugar a dudas hay una frase que debo destacar para finalizar y es la siguiente: -“No somos ni latinoamericanos, ni sudamericanos; nosotros somos pueblos originarios”.-
“El cóndor, la larga noche y el día.”

miércoles, 12 de noviembre de 2008

¿F.SOC o F.S.O.S?


No es ninguna novedad que la educación argentina, se encuentra en momento de seria crisis. Este lento desangrar de la educación argentina, tiene un claro punto de inicio con la instauración del nuevo modelo económico neoliberal impuesto a sangre y fuego por la dictadura del 76 y claramente profundizado por el ex presidente riojano durante la infame década de los 90.
Pero este modelo está más vigente que nunca con los Macri y con los Kirchner. No está en los planes de ninguno de ellos crear nuevas generaciones de ciudadanos pensantes, que tengan capacidad crítica, para discernir en que es lo mejor para la sociedad. De esta manera las clases dominantes que si poseen toda la educación necesaria son los que terminan decidiendo por los demás.
Está más que claro que con el fin del modelo productivo de industrialización por sustitución de importaciones, en el que la escuela formaba a profesionales para que trabajaran en el país, la educación pública, libre, gratuita y de primer nivel entró en peligro de extinción. La Ley Federal de educación significó otro duro golpe, para la ya castigada educación primaria y secundaria. ¿Alguien quiere decirme que resultados positivos trajo la implementación de esta ley? Además de lograr que cada vez menos chicos egresen del secundario y aún menos terminen ingresando a una carrera universitaria.
No seamos tontos, ¿o acaso ahora que se cae una viga nos damos cuenta del deterioro de la calidad educativa? Estoy cansado de los oportunistas que aprovechan la circunstancia para ver si pueden sacar algún voto más para llegar a ser elegido como nuevo representante de los estudiantes. ¿Centro de estudiantes? ¿Dónde? ¿Cuál? ¿Se refieren al centro de fotocopiado? Cada vez más, aquellos que se arrogan nuestra representatividad gozan de una legitimidad inexistente. En las elecciones del centro vota menos de la mitad de los estudiantes. ¿Eso es legitimidad? También estamos cansados de aquellos que dicen ser una oposición coherente. ¿Coherente con más de lo mismo? Todos van en busca de lo mismo. Todos quieren la plata.
Pongámonos de acuerdo en algunas semanas lo de la viga quedará olvidado, ¿Cuántas vigas más necesitaríamos que se caigan para que realmente cambie algo? Muchos intereses ocultos y no tan ocultos, están esperando que de una vez por todas se caiga la educación publica. No es solo la Facultad de Ciencias Sociales, no solo es la UBA, son todas las universidades, escuelas primarias, escuelas secundarias y técnicas del país. El reclamo, no se trata solo de un edificio, se trata del gran edificio futuro que es la Argentina de los que vienen después de nosotros. Que se construye con esfuerzo, dedicación y sobre todo con educación libre, gratuita e independiente para todos los habitantes de nuestro país.

martes, 11 de noviembre de 2008

Notas del Lector de cinco crónicas del Libro: "La Argentina Crónica"


Operación Ja Ja
Me vienen a la mente mientras leo esta crónica, cientos y cientos de grandes series humorísticas de TV. Por alguna razón nunca me cuestioné las carcajadas que marcan los chistes en los sketch. ¿Quiénes son los que se ríen? ¿Se ríen? ¿De que se ríen? A medida que avanzo en la lectura, siento un poco de miedo de ese enfermizo mundo de hilaridad extrema. Algo no anda bien ahí. Pienso en esa pobre gente esclavizada a reírse cada vez que se lo indica el dictador, digo el director. El clac, es el nombre “científico” de estos profesionales de la risa y no es una broma. Tienen un gremio bien organizado y un sueldo fijo como cualquier otro trabajador.
Empiezo a desesperarme, entonces: ¿de que me río cuando me río? Voy un paso mas que Descartes ¿Río, luego existo? Me apuro para terminar de leer. Instantáneamente pienso ¿que sería de la mayoría de los programas de humor sin esas carcajadas profesionales? Creo que la mayoría de los programas de Sofobich, serían nada más que una vidrieras para ver los culos que están de moda; sería una bajada de línea de machismo demasiado obvia ¿a no era así, incluso con las risotadas?
Me siento un “reidiotador”, perdón quise decir reidor. Tiemblo ¿no me estaré volviendo un poco hipocondríaco?
¡Basta! ¡Basta! Que bueno que hoy es lunes. Ya empieza en canal siete, “Peter Capusotto y sus videos. ¡Jajaja! Así que me voy.

La política en los boxes
Cuando estaba en secundario, recuerdo que en los manuales de Educación Cívica se explicaba que nuestra democracia estaba compuesta de tres poderes; cada uno independiente del otro. El ejecutivo, el legislativo y el judicial. Tras leer esta crónica; todo lo leído en mis tiempos de colegio se asemejan a meros cuentitos infantiles.
Pienso en el 2001 y en el “que se vayan todos” que tanto pedía opinión publica por aquel entonces. ¿Cómo se crea una ley? La respuesta del manual de cívica diría que el proyecto de ley entra por una de las dos cámaras (diputados o senadores), es aprobada, pasa a la otra y finalmente el presidente tiene el poder para vetarla o ratificarla. Pero tras leer esta crónica queda en claro que esto no es tan así.
Alianzas, leyes, acuerdos, coimas y así podría seguir son el resultado de un circuito no muy conocido por el común de la gente. Pienso en maletines llenos de dinero, me viene a la cabeza un tema olvidado o estratégicamente olvidado por los medios de comunicación y por la justicia. ¿Quién se acuerda de las coimas en el senado? ¿Quién se acuerda del “arrepentido” Mario Pontaquarto? El ex secretario parlamentario del senado y testigo clave en la causa de los sobornos para la reforma de la ley laboral impulsada por el gobierno del ex presidente De la Rúa.
No podemos ser tan estúpidos, pienso. Parece que nadie le conviene que se sepan ciertas cosas; mejor dicho que se sepan ciertos modos y formas de hacer política que siguen vigente desde la segunda década infame. Cafés, restoranes, cabarets, aviones; entonces pienso en los sobres, las cuentas bancarias y me parece que me quedo corto. En fin es ahí donde todavía hoy en día se hace la “verdadera política”. Bueno la política que tenemos. Una vez que llega a algunas de las instituciones del poder, todo ya está, como se dice en la jerga “cocinado”.
Releyendo el título de la crónica, se me ocurre que vendría bien mandar un rato la política a los boxes, para cambiar a los que “la hacen”.

No tan Buenos Aires
Leyendo la crónica de Plotkin, pensaba como serían estas tierras en los tiempos en que Pedro de Mendoza fundaba Buenos Aires. Una tierra virgen, con grandes extensiones de tierras fértiles, ríos sin un centímetro cúbico de contaminación y desbordantes peces aptos para el consumo humano.
Estamos ya en el año 2008, en un mundo donde la diferencia entre países pobres y ricos es abismal. Dentro de la periferia o como prefieren llamarle ahora tímidamente los políticos: “en vías de desarrollo”. Estamos en Argentina, pero dentro de este país hay también más periferia con esto quiero decir: más pobreza, más exclusión y más contaminación.
Dock Sud, es dentro del conurbano bonaerense, el referente máximo de la desidia de los dirigentes. Se trata nada mas ni nada menos que del polo petroquímico de donde sale el combustible que abastece al mercado interno y a los países dueños de las grandes firmas petroleras. Es el caso de la empresa Shell, sus propietarios prefieren contaminar y destruir la vida de los países como el nuestro, que carecen de una legislación que proteja los recursos naturales. El otro motivo por el que producen su combustible aquí es cuestión simplemente de números.
Villa Inflamable, como se denomina a la población que “vive”, mejor dicho sobrevive en las proximidades de las fábricas. No estamos al otro lado del mapa; sino a escasas 27 cuadras de la casa Rosada y es un peligro tanto como para sus pobladores como para todo Buenos Aires. La explosión de este Polo, significaría un poder destructivo equivalente al de una bomba atómica. Noticia bomba, ¿No?
Por otro lado es tal la contaminación que hay en el agua, en el aire y en la tierra que es alarmante la cantidad de enfermedades que padece la gente. Problemas respiratorios como el asma, afecciones en la piel como la urticaria y hasta cáncer es con lo que se enfrentan día a día los vecinos.
Finalmente, la negligencia de quienes nos gobiernan es total. No sólo no hacen nada, sino que parecen ser coparticipes de este Auschwitz local. Obviamente, deben tener una muy buena razón económica para que todo esto siga igual. Para concluir, cabría que recordar que la salud y el medio ambiente también forman parte de nuestros derechos como individuos. ¿O ya se olvidaron también de eso?

El turismo menos pensado
Dichos populares tales como: -¡Que país generoso!-, -¡Este país da para cualquier cosa!- y -¡Acá el que no llora no mama y el que no mama es un Gil!- como dice el Cambalache son algunas frases que se me van viniendo a la mente mientras leo. Nosotros como argentinos siempre reivindicamos la bendita viveza criolla, desde siempre fuimos maestros en el arte de zafar. Entre otras cosas repetimos que creamos el colectivo, la birome y la transfusión sanguínea.
Una vez mas la capacidad inventiva argentina demuestra que no tiene límites, en este caso se trata un nuevo tipo de negocio. Si, ahora también somos expertos en turismo de masas. Pero ¡atención! de lo que se trata es de una clase nueva clase de turismo extremo. En países como Brasil uno puede hacer un tour por las favelas de Río de Janeiro y volver para contarlo por una buena suma de euros. Acá como los argentinos “somos los mejores del mundo”, por eso tenemos las mejores ideas, las mejores minas y los mejores… travestís. ¿Cómo?
Si como suena, travestis o más conocidos como travas. De eso se trata turismo de vanguardia que propone Martín Roisi. El “Trava Tour” propone una incursión por las zonas mas calientes de la zona roja, por las casas donde conviven familias travas y parejas como Lorena y Flor (Travianas).
A medida que avanza el paseo exótico-erótico, los extranjeros, con su buena cantidad de euros en su poder se irán sacando de encima los tabúes para finalmente hacerse consumidores de nuestras bellezas naturales, o no tan naturales.
Este trabajo de Julián Gorodischer, me lleva a pensar a que en Argentina, todavía falta mucho por trabajar con el tema de la discriminación. En el caso de los travestís va desde el típico insulto callejero, o hacerlas votar en las mesas de hombres, hasta tenerlas trabajando en condiciones de semiesclavitud.
Por lo visto, también somos los mejores en discriminar y discriminarnos.

Los dueños del fin del mundo
Esta historia se trata de los verdaderos dueños de las tierras argentinas, ¿los pueblos originarios? No. Me refiero a los magnates como: Ted Turner, Ward Lay, Luciano Benetton entre otros extranjeros. No es casualidad que la legislación argentina sea por lo menos ineficiente frente a la compra, por no decir rifa de nuestro territorio frente capitales extranjeros. Una vez más somos espectadores del robo frente nuestras propias narices. ¿Qué hace el estado frente a esta situación? Nada. Tierras, glaciares, lagos y miles de kilómetros de tierras vírgenes a merced de lo que pueda pagar la cuenta bancaria de estos “humildes” empresarios. Se manejan como grandes señores medievales, cuyos feudos están delimitados directamente por cercos, tranqueras y alambrados. Patrimonios como Lago Escondido permanecen prácticamente inaccesibles para cualquiera que quiera tan solo disfrutar del agua, recurso natural al que tenemos derecho constitucionalmente. Pero finalmente, hecha la ley, hecha la trampa. Esa si parece ser la ley de oro en argentina.
Pienso en lo miles y miles de kilómetros que posee el simpatiquísimo italiano de las remeras, que cuenta con la mayor cantidad de ganado ovino del país para la confección de finísimas telas que terminarán invadiendo los mercados internacionales; a consta de quitarle el territorio a miles de pobladores autóctonos. Históricamente se nos hizo creer, que la Patagonia era un territorio vacío. Vacío quedó, tras la campaña del “desierto” consumada por el genocida más grande de la historia argentina: Julio. A. Roca quién se encargó personalmente de acabar con “la amenaza del indio”.
Pienso finalmente en la doctrina Monroe y no me refiero a una actriz. La doctrina Monroe sintetizada en la frase “América para los americanos”, fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe (quinto presidente de Estados Uidos) en el año 1823. Dirigida principalmente a las potencias europeas con la intención de que los Estados Unidos no tolerarían ninguna interferencia o intromisión de las potencias europeas en América.
¿América para los americanos? ¿Qué americanos? Evidentemente para norteamericanos como el presidente de la CNN quien aprovecha sus días libres pescando en los ríos del sur o el naturalista Tompkins, empresario que no para de comprar tierras en la argentina. Casualmente, dentro sus extensísimas propiedades se encuentran algunos de los reservorios de agua potable más importante del continente.
Paradójicamente un país tan rico y tan extenso, no puede aprovechar sus recursos y ni siquiera tiene un marco jurídico que proteja lo que queda. Lo más alarmante es que no existe siquiera este debate en la opinión pública. Por ende no hay una política de estado frente a este fenómeno, por que: “hay política donde existe una necesidad, ¿no es así?

sábado, 8 de noviembre de 2008

Ensayo: La Argentina crónica.

¿Crónica? ¿Qué es una crónica? ¿Periodismo? ¿Narración? ¿Ambas? Son estas algunas de las preguntas que surgen en primera instancia. Empiezo a escribir y tengo más dudas que certezas, ¿Qué es? Abro el diccionario y leo algunas definiciones:
“1) adj. [Enfermedad] de larga duración o habitual:
Ejemplo: Faringitis crónica.
2) Que viene de tiempo atrás:
Ejemplo: La falta de organización es un mal crónico en esta empresa.
3) f. Relato de acontecimientos históricos ordenados cronológicamente:
Ejemplo: Las Crónicas de Alfonso X.
4) Artículo periodístico sobre temas de actualidad:
Escribía una crónica en ese periódico todas las semanas.”
Como primera conclusión, en todas las definiciones aparece el mismo denominador común: “el tiempo”. Según Caparrós:” Siempre que alguien escribe escribe sobre el tiempo, pero la crónica – muy en particular- es un intento siempre fracasado atrapar el tiempo en el que uno vive. Su fracaso es una garantía: permite intentarlo una y otra vez-…”
Desde Heródoto hasta Walsh, siempre hubo y hay una necesidad de capturar el tiempo en el que se vive. De querer congelar ese momento, desde guerras, viajes, y escenas cotidianas. Pero con la llegada de la fotografía a los diarios y los “editores urgentes”, cada vez hay menos lugar físico e ideológico para este género.
Dejo de tipiar.
Entonces pienso que todo cobra sentido. Releo la definición que decía: “adj. [Enfermedad] de larga duración o habitual”. La crónica, como también dice la palabra, está enferma. ¿Está enferma? ¿Se trata de una enfermedad crónica? En alguna medida esto es así, va desapareciendo progresivamente de los medios gráficos. Parece ser que realmente se cumple el dicho popular: “una imagen vale más que mil palabras” al punto que queda restringida a un pequeño grupo de revistas selectas. Maximiliano Tomás ratifica esta hipótesis:”la crónica presenta ciertas dificultades de circulación en un mercado periodístico como el actual, en el que relatos extensos parecen ser abolidos por decreto y en el que la imagen ha plantado la bandera de su preeminencia…pocos medios están dispuestos a dedicarle espacio a un texto largo ya que se supone- los dicen los editores, lo vocean los anunciantes, lo repiten todos-, los lectores ya no leen.” Me resisto a creer que esto sea cierto. Pero, por otro lado se habla del auge de la crónica latinoamericana. Como un género de barricada, que se resiste a darse por vencido. Donde no se subestima al lector, donde la subjetividad y los puntos de vista del autor son esenciales. Mirar es esencial, para el cronista. “Permitirle al lector que reaccione, no explicarle como debería reaccionar.”(Caparrós) Mientras tanto desde los medios se intenta convencer al lector diciendo que la primera persona en el texto quita autoridad. Se empecinan en borrar las marcas de subjetividad, en teoría serían textos transparentes y a-ideológicos, lamento de decir que no es así.
Entonces la misión que tiene la crónica es venir a contar aquellas historias que no se escriben en los diarios, por no ser consideradas noticias. Además nos muestra que hay otras miradas y que están políticamente comprometidas.
Tanto la crónica, como nuestro país parecen tener en común el hecho de estar al límite. Limites entre la ficción y lo real. La Argentina crónica se trata de las nuevas generaciones de periodistas que buscan hacer un poco de ruido en la cabeza del lector; se trata entonces de hacer pensar, de “pinchar” para obtener alguna respuesta. Nos habíamos olvidado de los sentimientos y como una historia puede generar bronca, alegría, tristeza, odio y hasta ganas de no leer más.
Finalmente, es una pequeñísima radiografía que nos permite mirar, observar, leer y releer situaciones de sucesos reales que parecieran bordear la imaginación. Pero no. Es un conjunto de historias de una argentina convaleciente, de una Argentina crónica.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Ensayo: Estación Central.


“…-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.

-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse…” 1

¿Qué tienen en común una vieja que sobrevive a costa de la ignorancia ajena y un niño que acaba de quedar solo en el mundo tras perder a su madre?

¿Lo esencial es invisible a los ojos? ¿Qué es lo esencial? Esta historia de vida y de viaje se trata de eso: de la búsqueda de la esencia; de lo esencial.

Ambos personajes se encuentran solos; por un lado el chico, con su corta edad, quiere encontrar a su padre a quién no conoce. Dora, siempre vivió sola, gana dinero escribiendo cartas para los analfabetos. Eso sí, primero ella juzga previa lectura, que mensajes serán realmente enviados y cuales no; todo dependiendo de su contenido.

“… ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.

-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "

-¿Crear lazos?

-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…” 2

De eso creo que se trata la vida, de crear lazos; lazos de amor. El niño y la señora, se irán dando cuenta a través de las vicisitudes de cuanto depende el uno del otro. Ese largo y extenuante viaje terminará transformándolos. En términos del Principito: ambos se domesticarán. Para ninguno de los dos, el otro no será un brasilero más de los miles que caminan por los andenes de la estación. Sino que de ahora en más serán responsables el uno del otro, ¿Será eso quizás el amor? ¿Será eso quizás lo esencial?

“...-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.

Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.

-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...

-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo…” 3

(1; 2; 3) Saint Exupéry, Antoine; El Principito; Capitulo 21.

miércoles, 2 de julio de 2008

Nota de Lector: Provincia de Misiones de Martín Caparrós.

Caparrós, el extraño caso del escritor de cinco cabezas.

Parece rara la afirmación que hago pero así es. ¿Por qué digo que Martín Caparrós tiene cinco cabezas? No es fácil de explicarlo, pero voy a intentarlo. Caparrós es una amalgama de diferentes estilos, profesiones, autores, sentimientos e ideologías que dan como resultado esa fusión tan particular; que le da una identidad única a sus textos. A la vez, no es tan sencillo como decir que es una suma de factores dentro de una ecuación. Las metáforas de las cabezas no son solo eso, es decir son una realidad. El autor piensa simultáneamente como escritor, como historiador, como periodista, como etnógrafo y como argentino.

La cabeza del escritor, nos brinda imágenes, descripciones y nos mete en clima renglón por renglón. Nos lleva a distintas velocidades con su escritura, que a veces logra que con una frase corta y sencilla se resuma una cantidad gigantesca de hechos, o llevarnos por un camino largo y sinuoso (por lo que hay que prestarle atención) con un párrafo extenso para explicarnos una sola cosa. Juega constantemente con las oraciones, va y vuelve. Por lo que en mi caso, volví a leer y releer para sacarle el jugo.

La cabeza del historiador, nos está tirando constantemente datos, fechas e historias de lugares, de vida y todo tipo de detalles.

Tanto el periodista como el etnógrafo, tienen la parte mas comprometida en el asunto. Por medio de los testimonios que va recopilando, vamos descubriendo la realidades ocultas de este territorio que kilómetro a kilómetro arriba del “Erre” van siendo descubiertas. Es sorprendente como una provincia tan pequeña tiene tanta diversidad étnica, cultural y religiosa. El etnógrafo se ve colapsado de tanta realidad a la cual interpretar por lo que no da abasto y debe pedir ayuda a sus otras cabezas para poder explicar y explicarse ciertas situaciones.

¿Qué es ser argentino? Se pregunta constantemente la quinta cabeza. No alcanzarían mil cabezas para poder explicarlo. Para Caparrós tomar mate es también ser argentino. Entonces tiene la necesidad de conocer esa parte de Argentina que aún no conoce, que es la argentina del mate. Para Horacio Quiroga, “los desterrados” eran los negros que venían del Brasil a trabajar en los obrajes de Misiones. Para él en cambio “los desterrados” van a ser los trabajadores de los yerbatales y los aborígenes. Que paradójicamente no se encuentran fuera de sus tierras, sino que están privados de ellas y excluidos de la sociedad. La realidad es la misma que la de un cuento de Quiroga, los vencedores son siempre los mismos y hacen lo que quieren con totalidad impunidad. Las reglas de juego no han cambiado nada en dos siglos, los vencidos son también los de siempre.

La lectura de este texto me dio la oportunidad de conocer un territorio que para mi era desconocido, mas allá de las típicas imágenes que el turismo de masas me permite conocer por la televisión o por Internet. Es decir, página a página; pueblo a pueblo desde Apóstoles hasta Posadas sentí que también fui un poquito Caparrós. Me sentí empapado por esa bruma en el aire que genera las cataratas, pude escuchar a los monos comunicándose en la selva y vi avanzar por la ventanilla del Erre las rojas tierras misioneras. El olor a humedad, la constante lluvia, la comida, las fiestas populares y hasta me compré una cámara de fotos en la triple frontera. Creo que gracias a este capitulo del libro pude conocer un poco de lo que es el Interior, lo que es la Argentina que no conocemos o que no queremos conocer. El titulo del libro de Walsh cobra más vigencia que nunca: “La Argentina ya no toma mate” a lo que yo le agregaría: “La argentina ya no toma mate, siembra soja”.

Nota de Lector: Kimonos en la tierra roja.


Misiones, el Imperio del sol naciente.

Esta era la imagen con la que vinieron las familias japonesas, que abandonándolo todo al otro lado del mundo vinieron para construir la “nueva” tierra del sol naciente. Pero para ellos, ni el sol, ni la fortuna nacieron en estas nuevas latitudes. La provincia de la abundancia: de la yerba mate,el maíz, el arroz, los cítricos, los porotos secos, el té y la caña de azúcar, resultó ser la tierra de la miseria, el hambre, el desarraigo y por sobre todo la tierra de los olvidados.

Es interesante ver como Walsh trabaja con el tiempo. Por un lado la descripción que hace al comienzo, nos hace imaginar que está hablando de una aldea japonesa perdida en el medioevo, dando la sensación de un largo período en el que el tiempo parece no haber transcurrido y de algún modo así es, ya que sus costumbres se mantienen intactas. Por otro lado, la narración empieza por el final, contando la pena que siente por no poder quedarse con esa gente. Extrañamente el presente y pasado comparte las mismas características que son: la miseria de esta gente y el éxodo. El paraíso que les habían prometido no era tal y por ello el regreso a casa de donde ya habían escapado en busca de nuevas oportunidades.

El autor tiene como herramienta principal, la entrevista. Yo diría que Walsh para escribir este texto desarrollo un doble rol: el de periodista y el de etnógrafo. Como vemos también con Caparrós, los testimonios son fundamentales para su trabajo. A través de ellos se va reconstruyendo las costumbres, la vida cotidiana y la historia (pasado y presente) de los habitantes de la colonia. Las fichas desordenadas, son las conversaciones y las investigaciones que el mismo realizo. El rompecabezas final, la historia, es la conjunción de esas fichas, tras horas y horas de trabajo de escritura. Todo un proceso que demoro muchas horas de trabajo y esfuerzo que dan como resultado la obra final. Para concluir mi sensación como lector, fue la de haber estado conviviendo con esas familias; puede ver ese paisaje, sentir la hostilidad del clima, oír los cantos de las mujeres y degustar las comidas típicas niponas sin moverme del escritorio de la computadora, creo que esa fue la mas grata satisfacción que me dejó la lectura.




Nota de lector de:“Los Desterrados” y “Los destiladores de Naranja” de Horacio Quiroga.


Siendo esta mi primera nota de lector, todavía me quedan dudas acerca de ¿que es exactamente una nota de lector? Así que voy detallar cuales fueron las sensaciones que tuve mientras recorría esas páginas.
Haber leído el texto de Walsh, “El país de Quiroga” en el libro: “El violento arte de escribir”, me ayudo a conocer un poco mas del escritor y a contextualizar su vida. Este fragmento que voy a transcribir da una idea clara de cómo lo veían en el pueblo:”Pero el chico que en otoño de 1966 disparó el primer hondazo contra la casa museo de Quiroga interpretaba un sentimiento más generalizado y sincero. Cayeron los vidrios en sucesivas cascadas antes del saqueo que dispersó fotografías, herramientas, cartas. La era de los homenajes había concluido y por debajo de las reticencias y los clisés se afirmaba la versión auténtica: en San Ignacio, Quiroga es ignorado, menospreciado, a veces detestado.” Resulta evidente que además de ser visto como un bicho raro, no gozaba de muchos amigos en su entorno, cosa que fui descubriendo a medida que leía sus cuentos.
Las descripciones que hace Quiroga sobre Misiones hacen que uno pueda conocer hasta el más mínimo detalle del lugar que lo rodea. Desde la geografía del lugar pasando por los colores, los ríos y la gente del lugar. Además de un extenso vocabulario específico de la zona. En “Los desterrados” se explica muy bien como se fue poblando Misiones y quienes eran los primeros pobladores. Habla de “los primeros tiempos vírgenes” en donde no había limites para los cultivos y donde todo se colectivizaba. Detalla con exactitud la vida en los obrajes y la vida de personajes como Joao Pedro y Tirafogo dos negros que provenían de Brasil. La historia va transcurriendo, los años van pasando, el país fue cambiando y con el su gente. Pero hay cosas que no cambian y eso es la explotación por parte de los estancieros hacia sus trabajadores en situación de semiesclavitud, los llamados mensú. Pero el tiempo también avanza, estos dos morenos brasileros van envejeciendo y notan que el país es distinto, nuevo, extraño y difícil. La necesidad de volver a su país de origen se vuelve su prioridad. La sensación de desarraigo, es tardía pero a la vez es tan fuerte hace que estos hombres que pasaron por tipo de vicisitudes; tenga miedo de no morir en su tierra natal. Esto creo que fue lo que me resultó más fuerte.
En “Los destiladores de Naranja” se ve como la heterogeneidad misionera, desde las distintas etnias, lleva también a que sea una sociedad desigual y al momento en que Quiroga escribe el cuento en pleno desarrollo de su identidad. Por otro lado se destaca la capacidad inventiva de los pobladores, que tienen que diseñar ellos mismos sus herramientas para poder producir en esas tierras.
Paralelamente a que el Dr. Else y Rivet, por un lado buscan desarrollar nuevas técnicas de producción, lo que también se iba desarrollando era su alcoholismo. El alcohol pasa a ser tan natural o tan propio de esta sociedad como los es en el paisaje la constante lluvia. Al punto que es tal la enfermedad provocada por la bebida genera locura. Está muy bien detallado como las alucinaciones van ganándole la mente Else, que termina no pudiendo distinguir la realidad y finalmente mata a su propia hija.
Creo que por momentos la lectura se hizo demasiado densa con las reiteraciones y con las descripciones. Finalmente, creo los cuentos de Quiroga son tan solo fieles reflejos de la sociedad en ese momento. Eso creo que era lo que le molestaba a sus vecinos, que retratara tan crudamente esa realidad. Probablemente él no haya estado en su sano juicio, pero no se cuantos lo hayan estado.

martes, 1 de julio de 2008

Escapando con el enemigo.


-¿Despierta?- Dijo un hombre corpulento que se hallaba de pié junto a la puerta.
Su acompañante no respondió, no había lugar para más errores. Continuó con su trabajo que consistía en inmovilizar a la victima.
Al despertar, Víctor sintió una fuerte punzada de dolor en su cabeza. Tenía la sensación de haber dormido por días, y ese desagradable sabor que sentía en su boca le provocaba arcadas. Tardo varios minutos en poder abrir los ojos y comprender lo que estaba viendo. Una vez que las imágenes se estabilizaron, pudo distinguir como un rayo de luz que penetraba desde rendija de la puerta, iluminaba tenuemente lo que parecía una habitación vacía. Por el olor a antisépticos, supuso que debía encontrarse en algo parecido a un hospital.
Todavía sentía las secuelas de la persecución, podía notar como le latía profundamente la frente. Intento llevarse las manos al rostro para examinar la gravedad de la herida. Pero algo se lo impedía. Se hallaba inmovilizado de pies y manos. Por más fuerza que hacía, esa especie de atadura parecía hacerse cada vez más resistente. ¿Qué clase de truco era ese? ¿Dónde se hallaba realmente? ¿Quién o quienes estaban detrás de todo esto?
No había mas tiempo para pensar, ya no era solo su vida la que corría peligro; sino la de toda una nación.
¿Como podría llegar repercutir en la opinión publica una noticia de tamaña magnitud? Sabía que se hallaba solo frente al mundo. Por su labor, conocía demasiado bien a los medios de comunicación, como para confiar en ellos. Nunca, en sus diez años de periodista había estado tras una primicia de semejante escala.
Este parecía ser el final, no había manera de safarse de aquella situación. Tenía, que alertar a la sociedad de lo que se avecinaba. Pero ¿Cómo? Experimentó por primera vez, como el miedo iba ganando terreno en su mente.
En ese mismo instante, sintió como una explosión sacudía sus entrañas y lo dejaba atontado por varios segundos. Una sombra se acerco a toda velocidad hacia el. La incandescente luz que ingresaba desde la puerta, no le permitía distinguir de quién se trataba.
Minutos después, Víctor se encontraba escapando por los pasillos del lugar donde lo habían mantenido cautivo y con un desconocido a su lado. ¿Y ahora que? ¿Debía confiar en aquel personaje? Entonces, se le vino a la cabeza, que nada podría ser peor que estar atrapado en aquella habitación, atado a una molesta cama y a la espera de quien sabe que.

" Cine y Humo"


Este es un breve relato de mi experiencia como espectador en el festival de cine independiente de Buenos Aires.
Para empezar, debo decir que no me fue nada fácil elegir la película, por el hecho de que era gigantesca la oferta y por otro lado no conocía a ningún director.
-¡Ya está, en un rato estoy por tu casa!
Eso fue lo último que le dije a Florencia, antes de pasarla a buscar. Era la primera vez que la invitaba al cine y eso le generaba un atractivo extra a la salida.
Eran las cuatro de la tarde cuando nos subimos al 60 de Fleming desde Martínez con destino a la estación de Subte de Cabildo y Congreso.
La visión era mínima y el fuerte olor a quema, provocaba un estado de malhumor generalizado dentro y fuera del colectivo. Todo se debía a un intenso humo, que parecía ir devorándose poco a poco la ciudad.
Apretados, llegamos a nuestra primera parada.
Al descender por la escalera de la estación, nos encontramos con que el servicio del subte estaba interrumpido por el humo. La idea, era que viajáramos hasta 9 de Julio y hacer combinación con la línea B, para ir hasta el “Abasto”.
Como buen residente de provincia, que no conoce nada de la capital, llevaba a mano la Guía T, así que buscando, se me ocurrió ir al cine Atlas de Santa Fe, donde también se proyectaba el festival.
Un instante después, nos encontrábamos avanzando por el denso aire de ciudad, arriba del 130, que estaba abarrotado de gente; inusual para un día sábado.
La poca visibilidad, sumado a la discusión de que hacíamos yendo al cine un día como ese, hizo que nos olvidáramos del viaje. Fue entonces cuando:
¡Nos pasamos!- Dijo Flor sorprendida.
Ya fuera del colectivo, caminamos un par de cuadras por la avenida Santa Fé, hasta llegar a la entrada del cine. Nos encontramos con que no había mucha gente haciendo la cola. Lo que me tranquilizó por que tenía temor de no conseguir entradas. Otra cosa que me tranquilizó fue el precio de la entrada, gracias a dios llevaba la libreta universitaria en la mochila.
Así fue, que saqué dos entradas para la próxima función, que era a las cinco y cuarto, por lo que teníamos quince minutos de espera. Mientras aguardábamos, noté que en la fila había un público bastante heterogéneo. Gente de todas las edades, hombres y mujeres; algunos parecían salidos de extrañas revistas de moda, todo tipo de cinéfilos.
La sala, diría que era bastante antigua, se parecía a los cines de antes. Además no se encontraba completa, quedaban butacas sin ocupar, pero había una buena concurrencia de público.
La película que íbamos a ver se llamaba “Prey” del director Koji Wakamatsu. Se apagó la luz y la sala permaneció en penumbras, le di un beso a Flor y me dispuse a ver la película.
La primera escena, arrancaba con un hombre, de rasgos orientales, saliendo de un aeropuerto. Este personaje, vestido con un overol y una bandera rastafari bordada al brazo; enciende un porro apenas sube a un micro. Mi primera impresión, fue: ¿que estoy viendo? Por lo visto no era el único que pensaba lo mismo, pude comprobarlo al mirar la expresión que ponía mi acompañante.
El film parecía estar ambientado en los 80’. A medida que iba avanzando la trama la frase “que flashero”, iba ganando mi mente. Tras escenas de sexo explicito, gente inyectándose heroína, violencia y trata de blancas. Comencé a darme cuenta que no era casual; lo que estaba viendo, era ni mas ni menos sociedad japonesa. Una radiografía, que reflejaba fríamente lo oculto de la cultura nipona. A simple vista parecía muy ordenada y civilizada; pero en realidad es violenta, machista y desigual.
El humor del absurdo era constante y en algún punto a lo mejor, grotesco. Pero los “gaks” y chistes ayudaban a rebajar un poco lo fuerte de algunas escenas.
Al finalizar la proyección, salimos un poco abrumados a la calle; ya era de noche. Comprobamos que la visión era aún más escasa que cuando habíamos ingresado. Así que aproveche y la invite a tomar un café, me tranquilizo saber que la película le había resultado interesante. Aunque muy rara, punto en el que coincidíamos los dos.
Con los ojos cada vez mas irritados, el regreso a casa se hizo lento y pero para nada aburrido.
Para finalizar, no voy a negar que la ecuación de humo, cine y buena compañía; dio como resultado una experiencia de película.

miércoles, 4 de junio de 2008

Hoja de Ruta: Destino Traslasierra.


Este es un breve relato de mis vacaciones en un mágico pueblo ubicado en Traslasierra, Córdoba.

La Población, como su nombre lo indica, es el nombre del pueblito de poco más de doscientas personas al cual nos dirigiríamos.
La hoja de ruta tiene comienzo, un día cinco de enero, en la casa de “El Chorro”, conocido en sociedad como Martín Ladrón.

6 a.m. Los aventureros, listos para la travesía, se preguntan por la tardanza de Agustín; factor fundamental del viaje. Quien, además de poseer el medio de transporte para el viaje, es el líder, guía turístico y por así decir, el hermano mayor del grupo.
Tras un retraso de una hora, nuestro Líder llegó con su automóvil al punto de encuentro. No había tiempo que perder, así fue que en pocos minutos ya estaba todo listo para emprender viaje.

8 a.m. Agustín, Chacho, El Chorro, y quien escribe Nico ya nos encontrábamos recorriendo los primeros kilómetros de nuestro viaje.
Mientras rozamiento de las ruedas contra el asfalto ambientaba nuestro viaje, una atmósfera, mezcla de ansiedad y sueño reinaba en el interior del coche.
Como copiloto mi función era: pagar los peajes, estar atento a los carteles, la hoja de ruta a seguir y… cebar mates.
Di comienzo al ritual matutino, entre cebada y cebada; pude notar como si un hechizo hiciera efecto a medida que la ronda avanzaba y el ánimo cambiaba instantáneamente.
Primer Parada. Arrecifes Km. 173, decía un cartel que pasó a toda velocidad por mi ventana y se perdía de vista. Debíamos parar a cargar combustible, lo que significaba que deberíamos hacer una larga cola de autos para cargar gas.
Retrasados ya en más de media hora, retornamos a la ruta con el objetivo de parar lo menos posible. Así fue, por que paramos dos veces mas con el único fin de abastecer de energía al vehiculo y cumplir con algunas necesidades primarias.
Río cuarto. Llegando ya a la ciudad de Río IV y estando a poco más de la mitad del viaje, el Renault 11 gris, modelo 94, empezó a fallar. Con mucha suerte, logramos alcanzar la estación de servicio más próxima. Nadie podía creer lo que pasaba, el sueño de todos de llegar parecía esfumarse repentinamente. Fue ahí, que Agustín hizo uso de sus conocimientos de mecánica. Probablemente heredados de su padre, mecánico de experiencia.
En seguida, identifico el problema, algo del distribuidor, cosa que ninguno de los demás entendió.
Luego de pedirle ayuda a unos camioneros que se encontraban allí. La cuestión, parecía no mostrar ningún avance. Para peor, el pesimismo de Chacho, generaba no solo peleas en el grupo, sino una creciente desesperanza grupal.
El hecho de que de no tener las herramientas necesarias, era el quid de la cuestión. Sin mencionar que había que meter la mano cerca del motor caliente.
Necesitábamos un pequeño destornillador que permita maniobrar con facilidad en espacio muy reducido. Así fue que se me ocurrió que con el filo de de una moneda de cinco centavos; quizás podríamos ajustar unos tornillos que se habían aflojado.
Eureka! Para no decir vamos mier$%! Sí, una moneda de cinco centavos había solucionado el asunto; pero para asegurarnos, como se dice en criollo “lo atamos con alambre”; bueno, no estrictamente con alambre. Le dimos un par de vueltas con cinta aislante y quedó listo.
Horas más tarde, el paisaje ya había cambiado notablemente. Pasamos de un paisaje lleno verdes y grandes plantaciones de lo que parecía “soja” a uno donde la falta de lluvias era más que obvia. A medida que subíamos la sierra, era fácil notar como se nos tapaban los oídos.
Por fin, para cuando el sol empezaba a caer, llegamos a destino. El pueblo, parecía estar oculto en la montaña como si quisiera evitar ser visto a simple vista. Pasamos del crujido que hacía camino de ripio, a las calles de tierra totalmente irregulares del pueblo. El olor a tierra seca, el silencio de la sierra y las miradas severas de algunos habitantes, que parecía no gustarle demasiado la visita de extraños fueron las primeras imágenes que tuvimos del pueblo.
La plaza y la iglesia como calcadas de una postal eran los iconos del pequeño poblado. Más allá había un dispensario de salud, que era una pequeña salita y luego comenzaba un camino por el que se veía la entrada a gigantescas casa quintas. Continuamos por aquel sendero. Casi al final del camino divisamos la tranquera de “La escondida”, entonces supimos que la pequeña odisea había culminado. Era tiempo entonces de comer, descansar y pasar unas excelentes vacaciones.
La estadía en aquel fantástico lugar y el viaje de vuelta serán cuestión de otro relato.

martes, 15 de abril de 2008

"Viaje en tren"


Bienvenidos a mi diario de escritor.
Para dar comienzo a este espacio y con respecto a la tematica del viaje me pareció oportuno transcribir un texto de nuestro compatriota Facundo Cabral.
En adelante, publicaré mis propias "notas de viaje"...espero que les guste.
“La vida es comparable con un viaje en tren, comparación interesante porque nuestra vida está llena de embarques y desembarques, de accidentes, de sorpresas agradables, con subidas y bajadas tristes. Cuando nacemos, subimos y encontramos seres queridos: nuestros padres. Lamentablemente ellos, en alguna estación, bajarán definitivamente. Pese a esto debemos continuar; conoceremos a otras personas. Durante la travesía, subirán hermanos, amigos y amores. Muchos sólo realizarán un corto paseo. Otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas. En el tren también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite. Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables. Otros viajarán sin que nadie perciba que están ahí sentados. Algunos pasajeros queridos, prefieren sentarse lejos, en otros vagones. Eso nos obliga a viajar separados, aunque no impedirá que con alguna dificultad, nos acerquemos. Lo difícil es aceptar que a pesar de estar cerca no podremos sentarnos juntos, pues otras personas los acompañan.

Este viaje es así lleno de atropellos, sueños, fantasías, espera, llegadas y partidas. Este tren solo realiza un viaje: el de ida. Viajemos lo mejor posible, intentando una buena relación con sus pasajeros, pues en algún momento del viaje, alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entenderlo, como alguien nos entenderá y ayudará cuando nos ocurra lo mismo. El gran misterio es no saber en cuál estación nos toca descender. Cuando tenga que bajarme del tren, ¿sentiré añoranzas? La respuesta es sí; dejar a mis hijos viajando solos será muy triste. Separarme de los amores de mi vida, será doloroso. Tengo la esperanza de que en algún momento nos encontraremos en la estación principal, y tendré la emoción de verlos llegar con mucho más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Ahora, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando.
¿Quién subirá? ¿Quién será? Me gustaría que usted pensase que desembarcar del tren no es solo una representación de la muerte o el término de una historia que dos personas construyeron y que por motivos íntimos, dejaron desmoronar. Ni la separación momentánea de un alumno y su profesor. Cuando tenga que bajarme del tren, ¿sentiré añoranzas? La respuesta es sí; dejar a mis hijos viajando solos será muy triste. Separarme de los amores de mi vida, será doloroso. Tengo la esperanza de que en algún momento nos encontraremos en la estación principal, y tendré la emoción de verlos llegar con mucho más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Ahora, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando.


Estoy feliz de ver cómo ciertas personas tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar, eso es señal de lucha, y saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros. A pesar de que nuestros asientos no están juntos, con seguridad viajo en el vagón de ustedes”