viernes, 14 de noviembre de 2008

Reseña de las Jornadas Académicas 2008. “Producir teoría, pensar las prácticas”

Área 6- Discursos y lenguajes.
Mesa 1- Discursividades.
Del Coto y Varela: “Variaciones de la discursividad política y estética en Youtube: en el caso del “Campo vs. Gobierno”.
Mellela, Cecilia: “La construcción discursiva del ser griego en Buenos Aires”
Sabbatella, L.: “Diagnóstico crítico sobre los discursos de la literatura Argentina de ficción narrativa…”
Sapoznikow, Wendy: “Educar al ciudadano competente. Análisis discursivos (…) en la revista Zona Educativa.”
Grupo Umma- Hijos del Pueblo (Karina Bidaseca):” El cóndor, la larga noche y el día, y el arco iris también.”

Es jueves, hace un calor insoportable, encima son las cinco y diez de la tarde; no llego a la charla, todo por la culpa del quince que se desvió antes de llegar al parque. Apresuro el paso, entro en la facultad a toda velocidad por la puerta de Franklin, esquivo a uno que me quiere dar un panfleto con las propuestas de su partido. Me sale otro militante al cruce, lo gambeteo con toda habilidad, lo único que llego a escuchar es – “Hola, te dejo las propuestas de…”- lo demás no se alcanza a oír, ya no hay militantes a la vista. Además de llegar tarde, no sé en que aula es la charla. Subo por la escalera principal hasta el segundo piso con el resto de aire que me queda. Veo que en el aula 201 hay muchos alumnos, una profesora conectando un micrófono y un instrumento muy inusual, si es un espécimen atípico en la facultad: un proyector. Evidentemente esa debía ser la reunión. Así que me acomodo por el fondo y como no veo caras conocidas supongo que debe ser por el horario. Comienza la clase.
Profesora: -Como dijimos la clase anterior, esta es la última clase antes del parcial, así que hoy vamos a retomar…-
-¡Que idiota que soy!- Me levanto sin llamar la atención y alcanzo a huir por la puerta trasera, sin que nadie se dé cuenta. Voy al lugar donde debería haber empezado mi búsqueda, el departamento de la carrera. -¡Por fin!- Un hombre de muy buena manera me explica que ya empezaron las mesas, me dice el número del aula que estoy buscando.
Son las 17.15, entro en el aula 5. Deben ser en total diez personas sentadas en círculo. Sin preguntar nada me siento, seco el sudor de mi frente y empiezo a anotar. Al cabo de unos minutos recién entiendo de lo que se está hablando. La profesora, una mujer delgada de unos cuarenti y tantos, habla tan rápido y con esa voz de fumadora compulsiva que me cuesta llegar a tomar apuntes. Esta hablando de cómo representaron los medios de comunicación los diferentes actores del conflicto del campo. Le indican que le queda muy poco tiempo, hace un esfuerzo por hablar aún más rápido. Comenta el papel que tuvo Youtube en la confrontación, habla de juegos de hipertextualidad en los videos a favor y en contra de los protagonistas. Profesora- “¿alguien tiene alguna pregunta?”- Silencio. Doy gracias a dios que nadie preguntó.
Segunda ponencia.
Una mujer joven, pelirroja y de gran estatura toma la palabra. Se nota en su vos que está haciendo un esfuerzo grande para vencer la timidez. -“Hola soy Cecilia Mellela, soy egresada de esta carrera y mi exposición es acerca de: “La construcción discursiva del ser griego en Buenos Aires”- Hace un alto en su discurso. Se ruboriza. Luego continúa hablando suave y pausadamente. Explica como se formó la identidad griega en Buenos Aires. Existen varios ejes del discurso. El primero es el discurso académico, se refiere a los textos antigüedad como Platón y Aristóteles. Según este eje, Grecia se va construir como fundante e histórica. Desde el eje Mediático, se construye desde el tema del turismo. Con respecto a la temática de la divulgación, Grecia va a ser tomada siempre desde lo histórico, como si hubiera quedado congelada en el tiempo.
Para sorpresa de todos, termina de exponer antes incluso del tiempo establecido.
Nadie hace preguntas ¿timidez? o ¿solo es desinterés?
Toma la palabra el siguiente expositor. Para mi sorpresa, veo que es un muchacho muy joven, no debe superar los veintitrés años. Usa anteojos y es muy flaquito, toda una rata de biblioteca. Se presenta, su apellido es Sabbatella. Primero se acomoda los lentes y entonces luego empieza a hablar. Su ponencia se trata de “¿Cómo se piensa a sí misma la literatura argentina?” Me cuesta seguirlo habla rápido, gesticula mucho y tiene un tono de voz que me molesta. Como sí buscara constantemente lograr una entonación que parezca más intelectual de lo que es.
Empieza a explicar un tema y enseguida salta a otro; no profundiza. Habla del canon y la idea del tiempo. Comenta al pasar que hay una vuelta de la literatura argentina a la ficción y al realismo. Afirma enérgicamente que no hay corrientes o tendencias en la literatura argentina en la actualidad. Pienso ¿Cuánto faltará para que termine? No para de revolear sus manos mientras explica. Prosigue con su línea de afirmaciones y dice que la literatura de Walsh no produjo continuadores. Yo me permito dudarlo. Afortunadamente, la siguiente expositora se señala la muñeca como muestra de que ya es momento de concluir. Finalmente para el, los pilares de la literatura argentina contemporánea son: Marcelo Cohen, Juan José Becerra y Alan Paus quien es según su criterio el mejor escritor argentino del momento.
La siguiente en exponer es Wendy Sapoznikow. Su entonación denota tranquilidad, a diferencia de los demás es la que mejor explica de qué se trata su trabajo. Empieza por contarnos la relación que existe entre la educación y el trabajo. Cuenta que a partir de las reformas neoliberales en el estado, se buscó la eficacia en el marco educativo. La ley de educación de 1993 es el paradigma de los cambios que impuso el neoliberalismo en el sistema educativo. El mercado laboral cambiante de la década de los noventa, sale a atacar a la educación que preparaba para las fábricas. Este pasa a ser un sistema obsoleto, que se puede identificar claramente con el peronismo.
Parece estar concluyendo la ponencia cuando aparecen tres hombres que irrumpen de repente en el aula. Pero estos no parecen del centro de estudiantes, diría que son algo raros para la facultad. Tienen el pelo largo, usan collares y se parecen mucho entre ellos. Un compañero, se levanta y los hace ubicarse en unas sillas cercanas. La ponente, finaliza lo que está diciendo. En ese instante un compañero entra con un televisor y nos explica que vamos a ver un corto que dura aproximadamente veinte minutos y que luego nos explicaran de qué se trata su exposición.
La película es un pequeño documental creado por los alumnos de la facultad. Ahora, esos mismos hombres que habían ingresado al aula minutos antes, aparecen en pantalla dando sus testimonios.
Desde sus comienzos, las reuniones en la esquina hasta llegar a formar el centro cultural que lleva el nombre de “Hijos del pueblo”. Todos son descendientes de alguno de los pueblos originarios de América del Sur. –Soy una de las miles de hormigas que trabajan en la recuperación de las antiguas naciones-. Nos cuentan del movimiento indígena, y su paso por la política. Es realmente interesante el proceso de transformación interior que le sucede a cada uno de los integrantes de la comunidad. Desde la ceremonia de asignación de nombres, cada uno cambiará su nombre por otro en idioma nativo. Esto representa un compromiso de la persona hacia el pueblo y del pueblo al individuo. Es llamativo el proceso que se genera también en la comunidad aborigen, ya que hasta el año 1992 la cultura indígena estaba cerrada a si misma, sus costumbres se transmitían de generación en generación por la palabra. Pero a partir de este año empiezan a salir a luz sus costumbres, quieren mostrarse ya sin miedo a la discriminación.
Pero sin lugar a dudas hay una frase que debo destacar para finalizar y es la siguiente: -“No somos ni latinoamericanos, ni sudamericanos; nosotros somos pueblos originarios”.-
“El cóndor, la larga noche y el día.”

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