miércoles, 2 de julio de 2008

Nota de Lector: Provincia de Misiones de Martín Caparrós.

Caparrós, el extraño caso del escritor de cinco cabezas.

Parece rara la afirmación que hago pero así es. ¿Por qué digo que Martín Caparrós tiene cinco cabezas? No es fácil de explicarlo, pero voy a intentarlo. Caparrós es una amalgama de diferentes estilos, profesiones, autores, sentimientos e ideologías que dan como resultado esa fusión tan particular; que le da una identidad única a sus textos. A la vez, no es tan sencillo como decir que es una suma de factores dentro de una ecuación. Las metáforas de las cabezas no son solo eso, es decir son una realidad. El autor piensa simultáneamente como escritor, como historiador, como periodista, como etnógrafo y como argentino.

La cabeza del escritor, nos brinda imágenes, descripciones y nos mete en clima renglón por renglón. Nos lleva a distintas velocidades con su escritura, que a veces logra que con una frase corta y sencilla se resuma una cantidad gigantesca de hechos, o llevarnos por un camino largo y sinuoso (por lo que hay que prestarle atención) con un párrafo extenso para explicarnos una sola cosa. Juega constantemente con las oraciones, va y vuelve. Por lo que en mi caso, volví a leer y releer para sacarle el jugo.

La cabeza del historiador, nos está tirando constantemente datos, fechas e historias de lugares, de vida y todo tipo de detalles.

Tanto el periodista como el etnógrafo, tienen la parte mas comprometida en el asunto. Por medio de los testimonios que va recopilando, vamos descubriendo la realidades ocultas de este territorio que kilómetro a kilómetro arriba del “Erre” van siendo descubiertas. Es sorprendente como una provincia tan pequeña tiene tanta diversidad étnica, cultural y religiosa. El etnógrafo se ve colapsado de tanta realidad a la cual interpretar por lo que no da abasto y debe pedir ayuda a sus otras cabezas para poder explicar y explicarse ciertas situaciones.

¿Qué es ser argentino? Se pregunta constantemente la quinta cabeza. No alcanzarían mil cabezas para poder explicarlo. Para Caparrós tomar mate es también ser argentino. Entonces tiene la necesidad de conocer esa parte de Argentina que aún no conoce, que es la argentina del mate. Para Horacio Quiroga, “los desterrados” eran los negros que venían del Brasil a trabajar en los obrajes de Misiones. Para él en cambio “los desterrados” van a ser los trabajadores de los yerbatales y los aborígenes. Que paradójicamente no se encuentran fuera de sus tierras, sino que están privados de ellas y excluidos de la sociedad. La realidad es la misma que la de un cuento de Quiroga, los vencedores son siempre los mismos y hacen lo que quieren con totalidad impunidad. Las reglas de juego no han cambiado nada en dos siglos, los vencidos son también los de siempre.

La lectura de este texto me dio la oportunidad de conocer un territorio que para mi era desconocido, mas allá de las típicas imágenes que el turismo de masas me permite conocer por la televisión o por Internet. Es decir, página a página; pueblo a pueblo desde Apóstoles hasta Posadas sentí que también fui un poquito Caparrós. Me sentí empapado por esa bruma en el aire que genera las cataratas, pude escuchar a los monos comunicándose en la selva y vi avanzar por la ventanilla del Erre las rojas tierras misioneras. El olor a humedad, la constante lluvia, la comida, las fiestas populares y hasta me compré una cámara de fotos en la triple frontera. Creo que gracias a este capitulo del libro pude conocer un poco de lo que es el Interior, lo que es la Argentina que no conocemos o que no queremos conocer. El titulo del libro de Walsh cobra más vigencia que nunca: “La Argentina ya no toma mate” a lo que yo le agregaría: “La argentina ya no toma mate, siembra soja”.

1 comentario:

Celia Güichal dijo...

Buenas notas de lector!
saludos,
Celia